Los testimonios los dan los testigos. La palabra testigo viene del latín, testiculus…lo que nos lleva rápidamente a los cojones.
Desde los testículos doy testimonio de alguien, la autora y creadora de esta gran Magna Obra.

De los cojones al útero ha habido un recorrido desde el mundo Ideal al mundo de la Forma y la creación se vuelve a materializar para el bien de muchas personas de todo el planeta. La autora reina indudablemente este terreno. Lo ha andado, transitado que es más aún. Y lo ha vivido.

Cada carta ha sido gestada desde el arte más primitivo, el arte de las entrañas, que encuentra su máxima expresión cuando la imagen representa totalmente la cosa contemplada durante visiones y sueños. Cada imagen es primero un cuadro, tal como debe ser, dice un maestro cabalista que me permitió ver los 78 cuadros del Tarot Junguiano original en su casa. Así la autora ha hecho de su hogar, una muestra de arte antes que nada.

Bien podría ego maníacamente haberse guardado el tesoro, pero su inquebrantable fuerza demoledora interior la llevo a juntar peso por peso y publicar este novedoso oráculo de la Mujer Sagrada. Y eso también lo vi. Ella muta todo el tiempo, es madre, ama de casa, cuida de sus hermosamente exóticas hijas y de sus no menos exóticas mascotas, un ser devenido en gato y otro en perro. Cada uno con sus requerimientos de atención. Así y todo ella ha crecido paso a paso hasta la Maestría que la Vida le ha dado. La única y verdadera iniciación, hacer todo al mismo tiempo en una vida que le alcanza para todo.
Y ha mutado una vez más, ha creado nuevamente sobre lo ya creado que en su inicio ya era una herramienta acabada y perfecta.

Buscando en su interior encontró algo que no estaba expresado aun.
Y entonces la autora y creadora de esta obra maestra se vuelve una traductora y nos enseña un nuevo idioma para que encontremos palabras justas a lo que nos sucede diariamente en el misterio de la Vida y el misterio del Tránsito.
Tengo el honor que la autora me haya acogido como un hermanito y en esta familia nuestros nombres se desvanecen porque es la Magna Obra a la que nos devocionamos completamente la que nos da entidad y nos bautiza nuevamente.

Ya no sé como se llama la creadora, ni necesito saberlo ahora, porque su nombre se revelara ante los usuarios y los consultantes a quienes les recomiendo ahondar en cada detalle de las imágenes.
Allí encontraran la puerta de salida, que sea de emergencia o no, ya se escapa a mi actual testimonio.
Te honro y te agradezco, Creadora del Oráculo de la Mujer Sagrada, has hecho una copia fiel de tu viaje a tu Inconsciente personal y tomaste la autopista al Inconsciente Colectivo y como una experta conductora de micros y autobuses nos llevas y nos traes luego de cada lectura… que se transforma en un paseo por la inmensidad de nuestra capacidad de ser.

Buenos Aires, 21 de noviembre de 2015